Hace unos años, una persona muy importante para mí llegó a decirme que si me encontraba perezoso, desanimado e inactivo, durante un cierto tiempo, era porque aguardaba inconscientemente la llegada de un acontecimiento desafortunado que haría cambiar drásticamente mi destino a partir de entonces. Hace unos minutos, me he acordado de aquellas palabras, de aquel momento y de aquella persona, como si hubiese llegado a revivirlos.
Sé que durante este último mes, no he sabido valoraros como verdaderamente os merecéis. Sé también que durante estos últimos días os he mantenido en un cierto olvido, y que tampoco os he tratado con el respeto debido. Por ello, desde estas líneas os ruego que me disculpéis si en algún momento he llegado a ofenderos en algún sentido.
¿Y qué decir de este acontecimiento desafortunado como he llegado a definirlo? Acabo de perder a una de las personas fundamentales de mi vida, dejando así vacía parte de mi alma. Junto a la persona a la que antes me refería, ésta ha representado la experiencia en la práctica de aquellos principios y valores que ambos me inculcaron , y por los que me defino. Junto a él he vivido y disfrutado de mi infancia, la cual habría carecido de sentido con su ausencia. En su condición propia de abuelo, llegué a saber valorarle desde muy pequeño, guardando gratos recuerdos de aquel mágico período. Jamás olvidaré sus lecciones de historia, de cultura, y sobre todo, de política, que con tanto hincapié me hizo concebir y defender desde la más pura honestidad y sensatez. Algo que dejamos a un lado, pero que recuperábamos esporádicamente durante algunos momentos de lucidez, hasta el día de hoy, en el seno de una enfermedad que hemos soportado durante los últimos 7 años, como si estuviera predestinado a que nos acompañara durante el tiempo que ha durado mi carrera. Ese padecimiento llegó cuando la inicié, y se va ahora que termino, siendo cruel, y llevándose con ella a uno de los que más apoyo, sobre todo moral (que es el que más he necesitado como bien sabéis para alcanzar esta empresa, dadas las desgracias que durante la misma he sufrido) me han aportado. Y es que esta persona, fue uno de los pocos que llegaron a comprender, y eso a pesar de su estado, el significado producido por aquel hecho, hace ahora poco más de cinco años. Créedme que no olvidaré la conversación que mantuve con él la tarde previa a que aquel acontecimiento se produjera, sin la cual estoy seguro, no me habría comportado con la endereza de la que hice gala y que por entonces me caracterizó.
Sinceramente, no sé cuál será mi reacción a partir de mañana. No obstante, os pido un ejercicio de comprensión y respeto. Muchas gracias por escucharme en estos momentos tan difíciles.
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